Un investigador del CSIC gana el Premio Brain de neurociencias

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El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Richard Morris, del Instituto de Neurociencias (centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández) ha sido reconocido con el Premio Brain, uno de los más importantes del campo de las neurociencias. Morris, cuya línea de estudio se centra en los mecanismos de formación de la memoria, comparte el galardón, dotado con un millón de euros, con otros dos investigadores: Tim Bliss y Graham Collingridge.

El Premio Brain lo concede anualmente la Fundación Europea Grete Lundbeck de Dinamarca a uno o varios científicos que se hayan distinguido "por su excelente contribución al conocimiento neurocientífico". Los trabajos de los tres premiados de esta edición giran en torno al mecanismo cerebral conocido como Potenciación a Largo Plazo, implicado en los procesos de aprendizaje y memoria.

Los estudios de Morris, Bliss y Collingridge han permitido demostrar cómo las conexiones entre las células cerebrales en el hipocampo pueden fortalecerse a través de una estimulación repetida. Además, revelan algunos de los mecanismos subyacentes a este fenómeno y muestran que la Potenciación a Largo Plazo constituye la base de la habilidad humana para aprender y recordar.

“Estoy encantado de recibir este premio, que se debe en gran medida a que tanto el resto de galardonadosyo como contamos con excelentes equipos de investigación. Reconocemos nuestra deuda con ellos y esperamos que este premio honre la importancia fundamental de cada una de sus contribuciones”, ha comentado Morris.  

Significado de la Potenciación a Largo Plazo

La fortaleza de las conexiones entre neuronas en el cerebro (las sinapsis) puede cambiar en respuesta a la experiencia. “La LTP ejemplifica esta plasticidad inherente, que subyace a la increíble capacidad del cerebro para reorganizarse espontáneamente, al menos en cierta medida, después de daños como un derrame cerebral o tras la pérdida de una modalidad sensorial, como en la ceguera”, explica el investigador del CSIC.

Del mismo modo, déficits y trastornos en la capacidad para alterar la fuerza sináptica parecen estar implicados en muchas enfermedades que afectan a millones de personas alrededor del mundo, como el autismo, la esquizofrenia, el estrés, la ansiedad, la depresión, el dolor crónico, la epilepsia y la adicción. La nueva información sobre la función de la LTP podría ayudar a mejorar los tratamientos de estas enfermedades.

 

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