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Cristina Cánovas: “Los 12.000 dibujos y láminas del Museo Nacional de Ciencias Naturales son nuestra memoria dibujada”

La bióloga que comisaría la exposición de los 250 años de la creación del MNCN recorre la historia de este centro de investigación

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Cristina Cánovas es bióloga con especialidad en zoología y Coordinadora de Exposiciones en el Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (MNCN-CSIC). Ha sido la comisaria de la exposición Un viaje fascinante de 250 años, que se puede visitar en el museo. La muestra se enmarca en la celebración del 250 aniversario del MNCN. El museo es heredero del Real Gabinete de Historia Natural, creado el 17 de octubre de 1771 por orden de Carlos III a partir de la compra de la colección privada de los objetos de historia natural y curiosidades de arte del guayaquileño Pedro Franco Dávila. El viaje de la institución a lo largo de estos dos siglos y medio está definido por el movimiento, tanto el de las expediciones que ampliaban las colecciones del Real Gabinete como el de las mentes y talentos que impulsaron las ciencias naturales en España, y lo siguen haciendo.

PREGUNTA: ¿Qué han querido transmitir con esta exposición?

RESPUESTA: Hemos querido conjugar el pasado que nos define, pero unido también al presente. Del pasado hablan nuestras piezas, que han venido de las grandes expediciones, de los viajes que se hacían para ampliar las colecciones del Gabinete. También hemos querido trasladar ese movimiento incesante que ha tenido el museo esos 250 años desde que se creó el Gabinete. Por eso el lema del aniversario es “El museo en movimiento”.

P: ¿En qué partes se estructura esta exposición?

R: En tres partes, la primera es la historia del Museo, que corresponde al pasado. La segunda el arte, que ya estaba en los inicios, en la colección de Pedro Franco Dávila y ahora está representado por los miles de láminas, dibujos, grabados y objetos de arte que tenemos en las colecciones del museo. Por último, una tercera parte está dedicada a la investigación. Esto es el presente que nos define como centro científico y que trabaja por el conocimiento de la naturaleza y la conservación del medio ambiente.

P: ¿Qué destacaría de la parte dedicada a la historia del museo?

R: En esta exposición son las piezas las que cuentan nuestra historia. Tenemos más de 100 que representan todas las colecciones que tenemos en el museo. La mayor parte están en la vitrina dedicada a la historia que, ordenada cronológicamente, comienza con un retrato del marino Antonio de Ulloa, quien en 1752 solicitó a Fernando VI que creara la Real Casa de la Geografía, precursora del Gabinete. Sigue con otro del guayaquileño Pedro Franco Dávila, el personaje más importante de la historia del museo. La vitrina finaliza con Emiliano Aguirre, que ha fallecido recientemente. Fue un paleontólogo extraordinario, uno de los científicos más importantes de nuestro país del siglo XX. Esta exposición es también un homenaje a Emiliano y a todas las personas que como él han dado un impulso a este museo y a la ciencia en España.

P: También hay objetos de las expediciones que recorrieron el mundo.

R: Cuentan una gran parte de los hitos más importantes como las expediciones y viajes por todo el mundo para traer objetos de historia natural y ampliar así las colecciones del Gabinete. Hay desde corales y esponjas del siglo XVIII del propio Franco Dávila hasta publicaciones, directores del museo como Bolívar que dio un gran impulso a la parte científica o las distintas sedes por las que ha pasado el museo.

P: ¿Cómo habéis unido la parte del pasado con el presente?

R: Un símbolo de esto podría ser la estación audiovisual que consta de cuatro pantallas en las que se mezclan el pasado con el presente. Se muestran vídeos diferentes en cada una de ellas. Por un lado, hemos querido recuperar el pasado a través de unas secuencias del documental del NODO donde sale el museo. En ellas se puede ver la influencia que tenía el museo en esa época, que era mucha. Tenemos también en otra de las pantallas una secuencia de una película en la que Rocío Dúrcal aparece en la sala de paleontología y un pase de fotos históricas. En contraposición tenemos dos pantallas que reflejan el presente, una cámara rápida refleja un día en la vida del Museo, tanto dentro como fuera de sus salas y un pase de fotos muestra la gran cantidad de actividades, talleres y recursos de divulgación que se realizan en este museo.

P: ¿En qué consiste la parte del arte?

R: El arte en las colecciones del museo está representado por más de 12.000 dibujos y láminas, que son nuestra memoria dibujada. La mayor parte de esas ilustraciones muestran las especies nuevas que veían en los viajes y que a falta de cámaras u otros recursos, dibujaban con sus manos. Luego ese conocimiento lo traían al Gabinete y a los ciudadanos que lo visitaban. En la exposición tenemos en esta parte también una obra muy especial, prestada por el Museo Nacional del Prado, Las cuatro partes del Mundo, de Jan Van Kessel. Esta obra representa los cuatro continentes conocidos en aquella época (siglo XVII); Europa, Asia, América y África. Este cuadro representa en un segundo plano las ciudades más importantes de esos continentes y en primer plano los animales más representativos.

P: ¿Por qué es tan importante en la exposición la parte de la investigación?

R: Porque en ella hablamos de nuestro presente. Hemos querido hacer un homenaje a la ciencia en este momento en el que nos está salvando de este virus y hemos representado 68 investigaciones de las que se hacen en el museo. Son las propias personas que investigan las que nos han cedido imágenes, sonidos y textos para elaborar un libro del que ha partido todo este contenido de la exposición aderezado también con piezas del museo que ellas mismas investigan. Toda esta parte de investigación finaliza con un vídeo proyectado en una pared, con fotografías de este personal investigador y el tráiler del documental que celebra los 250 años del MNCN dirigido por Mario Cuesta. Esto es muy importante porque detrás de las investigaciones hay personas y queríamos que la gente viera quién son y algunas de sus reflexiones.

P: ¿Cuál ha sido el mayor reto?

R: La pared de investigación: hemos tenido que extraer del libro los pequeños textos porque no podemos aturdir al visitante con muchísima información. Son 68 investigaciones con fotografías y piezas asociadas que había que buscar en las colecciones para que fueran en consonancia con los textos. Hay desde microorganismos que viven dentro de las rocas, ácaros acuáticos, cambio climático, migración de las aves, parasitismo, la vida en la oscuridad o terremotos hasta la adaptación de especies en ambientes urbanos. Es la primera vez que hemos abordado prácticamente toda la investigación del museo en una exposición.

Ana Iglesias / Contenido realizado dentro del Programa de Ayudas CSIC – Fundación BBVA de Comunicación Científica, Convocatoria 2021