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Un estudio señala que la ciencia en inglés es un obstáculo para quienes tienen otra lengua materna

El trabajo con participación del CSIC se basa en una encuesta a más de 900 personas que investigan en el ámbito de las ciencias ambientales

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La mayor parte de la ciencia se hace en inglés, lo que tiene numerosas ventajas al facilitar la comunicación entre diferentes equipos y disciplinas. Sin embargo, esta característica también supone una desventaja para los angloparlantes no nativos que provoca, además de un sesgo hacia la cultura anglosajona, que se pierdan las aportaciones y la visión de quienes viven en otro idioma. Así lo confirma un artículo publicado en la revista PLOS Biology en el que participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que se basa en más de 900 encuestas a personas que investigan en el ámbito de las ciencias ambientales.

Según el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) Juan González-Trujillo: “Parece evidente que para una persona cuya lengua materna sea el chino o el castellano es más complicado trabajar en inglés, pero hasta ahora no se había hecho una estimación del coste que impone el idioma en el desarrollo profesional de quienes se dedican al mundo de la investigación ambiental. Que la ciencia se comparta y se estudie en inglés representa un gran obstáculo para la participación de quienes no son hablantes nativos de ese idioma”.

En este estudio se estimó, mediante una encuesta a 908 investigadores en ciencias ambientales, la cantidad de esfuerzo requerido para desarrollar actividades científicas en inglés. Luego se compararon los resultados de la encuesta en función de la procedencia de cada participante, que tenía diferentes antecedentes lingüísticos y económicos. “Los resultados de la encuesta, en la que también participaron angloparlantes nativos, revelan que, sin importar el país, los y las angloparlantes no nativos dedican más esfuerzo que los y las angloparlantes nativos en la realización de actividades científicas que incluyen leer y escribir artículos, así como preparar presentaciones o posters para difundir su investigación en congresos”, explica González-Trujillo que actualmente desarrolla su trabajo estudiando el efecto del cambio climático gradual y extremo en la biodiversidad terrestre, marina y de agua dulce.

Los datos revelan que el rechazo de artículos científicos por fallos relacionados con el idioma es 2,6 veces más alto o que una persona cuyo idioma materno no es el inglés emplea un 94% más de tiempo en la preparación de una presentación. Además, la brecha es especialmente amplía al comienzo de la carrera científica y puede llevar a que muchos no participen en conferencias internacionales realizadas en inglés. “El peor efecto de este sobreesfuerzo es que la ciencia termina perdiendo el potencial de quienes quieren dedicarse a la ciencia y cuya lengua materna no es el inglés”, apunta González-Trujillo.

Para paliar este efecto negativo, los autores del estudio proponen medidas como aumentar la formación relacionada con la redacción o lectura en inglés en las universidades; fomentar la elaboración de resúmenes, difusión de resultados o realización de presentaciones en otros idiomas diferentes al inglés o establecer subvenciones para cubrir la edición y traducción al inglés de las presentaciones y artículos entre otras. Las experiencias en la implementación de este tipo de medidas pueden consultarse aquí.

 

MNCN-CSIC Comunicación/CSIC Comunicación

comunicacion@csic.es

Referencia científica:

T. Amano, V. Ramírez-Castañeda, V. Berdejo-Espinola, I. Borokini, S. Chowdhury, M. Golivets, J.D. González-Trujillo, F. Montaño-Centellas, K. Paudel, R.L. White, D. Veríssimo. Los múltiples costos de ser un angloparlante no nativo en la ciencia. PLOS Biology. DOI: 10.1371/journal.pbio.3002184