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Susana Marcos: "Es necesario que la sociedad reclame más conocimiento científico"

La física del Instituto de Óptica del CSIC, Premio Nacional de Investigación, explica sus proyectos para investigar la corrección de la presbicia y las cataratas

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Susana Marcos Celestino (Salamanca, 1970) es una de las investigadoras de mayor prestigio en el ámbito de la óptica. Tras licenciarse y doctorarse en Ciencias Físicas, obtuvo numerosas becas de formación postdoctoral en las instituciones más prestigiosas de Europa y de Estados Unidos. En el año 2000 obtuvo una plaza como científica titular en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y, posteriormente, de profesora de investigación, desarrollando su labor en el Instituto de Óptica Daza de Valdés. Además, colabora muy activamente con diversas instituciones, sociedades profesionales y comités científicos. Asimismo, ha recibido un gran número de reconocimientos, habiendo sido distinguida en el año 2019 con el Premio Nacional Leonardo Torres Quevedo en el área de Ingenierías debido a “sus contribuciones pioneras a la ingeniería óptica y fotónica, y al desarrollo industrial de instrumentos de diagnóstico y corrección en oftalmología, que han beneficiado a miles de pacientes”.

A comienzos de 2019 usted y su equipo presentaron SimVis, un simulador que permite a los pacientes que padecen cataratas o presbicia experimentar cómo quedarían tras una operación ocular. ¿En qué consiste?

SimVis es un simulador binocular portátil, montado en un casco y totalmente programable, que permite al paciente ver el mundo a través de distintas correcciones para presbicia, como lentes multifocales, lentes de foco extendido o monovisión. El sistema se controla inalámbricamente mediante una tablet, que envía al dispositivo las distintas lentes pre-programadas. La aplicación también permite descargar nuevas correcciones a medida que éstas se encuentran disponibles en el mercado y han sido validadas e introducidas en SimVis.

¿Se trata de un sistema nuevo?¿Han colaborado con otras instituciones u organismos en su desarrollo?

El antecedente más inmediato son los simuladores visuales basados en óptica adaptativa que se han desarrollado en nuestro laboratorio y en otros laboratorios del mundo (como en la Universidad de Murcia o en la Universidad de Rochester). Se trata de una técnica heredada de la astronomía que permite manipular la óptica ocular de manera no invasiva, mediante espejos deformables o moduladores espaciales de luz, corrigiendo así las imperfecciones del ojo o representando distintas lentes correctoras. Esta tecnología es muy efectiva para anticipar el resultado de una cirugía antes de operar a un paciente, o incluso antes de que la lente esté fabricada, y por ello hemos trabajado con las empresas líderes en el sector de la óptica oftálmica (Alcon, Johnson & Johnson, Essilor, Hoya, PhysIOL y otros), simulando sus lentes correctoras de presbicia. También hemos colaborado con neurocientíficos y científicos de la visión en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Nevada para, manipulando la óptica ocular mediante estos simuladores, explorar la capacidad de adaptación del sistema visual. 

El SimVis lleva a la clínica esta capacidad de simulación que tenemos en el laboratorio mediante la óptica adaptativa. Los espejos de óptica adaptativa se han reemplazado por una lente opto-ajustable funcionando a gran velocidad, lo que ha permitido reducir enormemente el dispositivo en tamaño, hasta el punto de hacerlo portátil (“head-mounted”) y con un peso aproximado de un kilo. El SimVis está protegido por cuatro patentes, ahora transferidas a la spin-off del CSIC 2EyesVision, que lanzamos hace cuatro años y que ha contribuido a su industrialización y acometido su comercialización.

¿Se está trabajando con SimVis en centros médicos? ¿Cómo está siendo su acogida en el mercado?

El SimVis se encuentra en centros médicos (oftalmólogos y optometristas) líderes de opinión en Europa y Estados Unidos. La acogida es muy buena, ya que disminuye incertidumbre ante la cirugía en pacientes y oftalmólogos. En optometría, permite seleccionar la lente de contacto óptima para el paciente en una fracción del tiempo empleado en la práctica habitual.

Con el aumento del número de opciones disponibles para la corrección de la presbicia (a las que nuestro grupo también contribuye, como por ejemplo la lente Isofocal, desarrollada por nosotros y comercializada por PhysIOL), la comunidad clínica considera que es una herramienta indispensable para la gestión de los pacientes présbitas y de cataratas.

¿SimVis es un aparato que podría ser adoptado fácilmente por la Seguridad Social española? ¿Cuándo podría estar implantado de manera mayoritaria?

Efectivamente, su coste no debería ser un impedimento para su implantación en cualquier práctica clínica. En la actualidad, algunos sistemas de salud pública (como la española) limita la selección a lentes monofocales, si bien algunos hospitales implantan ya lentes que en el pasado se consideraron “Premium”, como las lentes asféricas, así que es algo que podría expandirse a lentes multifocales o al 

menos a lentes de foco extendido en un futuro próximo. En algunos sistemas de salud pública, como en Alemania, los pacientes sí tienen la posibilidad de elegir, por un suplemento, lentes para presbicia, lo que hace de SimVis una herramienta muy apropiada en hospitales generales. Esperamos una implantación progresiva en Europa y Estados Unidos, y un salto a otros mercados en una etapa posterior.

¿Hasta qué punto el ámbito de las humanidades está relacionado con el de las ciencias puras y aplicadas? ¿Resulta necesario trabajar de manera interdisciplinar?

Soy de la opinión de que el saber no debe tener compartimentos estancos. Nuestra área de visión es totalmente multidisciplinar. En mi laboratorio trabajamos físicos, ingenieros de telecomunicaciones, ingenieros biomédicos, ingenieros ópticos, de materiales, químicos, optometristas, biólogos, conjuntamente con psicólogos, neurocientíficos y oftalmólogos.  En la visión se conjugan aspectos físicos, biológicos y perceptuales, alcanzando a áreas como la imagen, el arte o la psicología. Es cierto que grandes físicos de la historia como Newton, Helmholtz o Young han hecho aportaciones importantes en el campo de la visión.  Y nuestro gran Premio Nobel Ramón y Cajal empleó métodos ópticos (el microscopio) para sus descubrimientos en el cerebro y sintió una gran predilección por la retina, el área del sistema nervioso sensible a la luz. Tal vez porque la visión nos afecta a todos y cada uno, dado que un porcentaje amplísimo de la información que nos llega del mundo lo hace a través de los ojos, por la gran prevalencia de las condiciones que afectan a la visión (la miopía, al 30% de la población occidental y al 90% en algunas zonas de Asia; la presbicia, al 100% por encima de 45 años; o la catarata, la cirugía más practicada en cualquier hospital del mundo), el estudio de los ojos y la visión, desde cualquiera de sus ángulos y perspectivas, resulta a la vez fascinante y de gran aplicación.

¿Cuál fue su primer pensamiento cuando le comunicaron la concesión del Premio Nacional de Investigación y cuál es su percepción de este premio ahora? 

Un gran honor y una gran alegría, dada la importancia del Premio a nivel nacional, y su prestigio. Siempre pienso que aunque el premio se otorgue individualmente, es un reconocimiento a la labor de todo el equipo, un grupo dinámico y motivado con el que es un privilegio trabajar.

¿Aboga por un pacto por la ciencia que garantice la sostenibilidad de la investigación independientemente de las circunstancias políticas?

Sin duda. La ciencia no puede estar sujeta a vaivenes políticos, y requiere de planificaciones a largo plazo y apoyo decidido. No es comprensible que una medida como un pacto por la ciencia, tan reclamada por toda la comunidad científica y aparentemente con el apoyo de todos, no se haya implementado aún.

¿Considera importante que los investigadores comuniquen sus avances a la sociedad?

Sí, creo que es muy importante comunicar los avances científicos a la sociedad, y que ésta conozca la repercusión de la inversión en ciencia, y cómo ésta conduce al progreso y a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Sólo así lograremos la complicidad de la sociedad para el necesario apoyo político y económico  a la ciencia. Efectivamente, en el área de la salud es más evidente hacer llegar la importancia de los resultados científicos a la sociedad. En nuestro caso, el impacto traspasa rápidamente de la comunidad científica a la clínica, la industria y los pacientes.

¿Cree que la labor científica está lo suficientemente valorada por la sociedad?

Creo que los científicos están bien valorados por la sociedad, aunque aún no se traduce, a diferencia de otras culturas en las que la ciencia y la filantropía están mucho más arraigadas, en un compromiso y mecenazgo científico por parte de grandes fortunas o del ciudadano de a pie.  Es necesario que la sociedad reclame más conocimiento científico y una mayor atención a la ciencia a todos los niveles, de manera muy importante, en la educación de nuestros niños y jóvenes.

¿Qué noticia científica le gustaría leer mañana en los periódicos?

Me gustaría ver un decidido apoyo a la ciencia, a través de un incremento significativo de la inversión en ciencia y una simplificación de la rigidez burocrática y de gestión.

Gonzalo Montero / CSIC Comunicación

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