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José Manuel Gutiérrez: “El Mediterráneo tendrá más calor y más sequías”

El físico del IFCA analiza las previsiones que ofrece el atlas interactivo que ha coordinado para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático

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José Manuel Gutiérrez es matemático y profesor de investigación en el CSIC desde 2008. Dirige el Instituto de Física de Cantabria (IFCA), centro mixto del CSIC y la Universidad de Cantabria. Su investigación se centra en el análisis regional del clima, incluyendo la reducción de escala del análisis del cambio climático y herramientas de aprendizaje automático con el objetivo de obtener información regional procesable para la adaptación y resiliencia. Se encuentra entre los expertos españoles seleccionados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), para la realización de su sexto informe. Ha coordinado el capítulo “Atlas global y regional de cambio climático” que incluye una novedad; un atlas interactivo. Se trata de una herramienta para científicos, políticos y ciudadanos que permite visualizar por regiones los cambios a los que se enfrenta el planeta. El informe ha constatado que el cambio climático se acelera, intensifica y afecta a todas las regiones del planeta. El trabajo del equipo de José Manuel Gutiérrez ha sido precisamente mostrar de manera visual cómo afecta a cada región.

Pregunta: El atlas interactivo que has coordinado es una de las grandes novedades que aporta este sexto informe del IPCC. ¿En qué consiste?

Respuesta: El sexto informe del IPCC tiene como principal característica que hace un análisis regional del cambio climático y sus efectos, que ya se están observando en el pasado reciente, y las proyecciones hacia el futuro. Esto es una novedad respecto a los informes anteriores que hacían análisis a escala global de los grandes parámetros físicos; la temperatura global del planeta, precipitaciones a escala global, etc. Esto ha dado lugar a una cantidad de información enorme porque estos análisis regionales conllevan información de modelos, simulaciones de modelos tanto globales como regionales, observaciones… Ha habido un boom de información disponible por este análisis regional. Yo soy uno de los coordinadores del atlas, que es el capítulo final donde se hace una síntesis de los resultados principales del informe.

P: ¿Qué aporta el hecho de que este atlas sea interactivo?

R: Es la primera herramienta web que se desarrolla para el IPCC y en ella uno puede consultar toda la información regional, todos los mapas que antes estaban impresos, estáticos; se pueden realizar con nuevas tecnologías con una mayor flexibilidad, seleccionando entre muchas opciones y dando lugar a que los usuarios puedan consultar información de manera personalizada, dentro de los límites del IPCC. El atlas es un producto más del IPCC y lo que contiene apoya todas las conclusiones que se hacen en el informe. El atlas interactivo se desarrolló con apoyo institucional del CSIC, como una contribución del Gobierno español al IPCC. La herramienta está alojada en el CSIC, en el IFCA, y somos parte de las instituciones que dan soporte al IPCC y en particular le hemos dado soporte para albergar y mantener esta aplicación durante los próximos años.  

P: Está dividido por regiones climáticas ¿cómo se hace esa división?

R: El IPCC recopila la información disponible y hace un análisis sintético de qué es lo que dice toda la bibliografía, recopila datos de artículos científicos y con esos datos hace mapas. Todas estas conclusiones las tiene que llevar a un nivel de detalle regional. Cuanto más detalle, mejor, pero tienen que ser unidades regionales para que exista una robustez en esta información climática. El IPCC trabaja a una resolución subcontinental. Europa, por ejemplo, está dividida en Europa del norte, central y mediterránea. Pero no va a una profundidad mayor, no va a escala de país porque, primero, no hay información sólida de bibliografía a esas escalas y segundo, porque no son zonas climáticas homogéneas a la escala a la que entra el IPCC. En el caso que nos ocupa, la península ibérica está englobada en esta región mediterránea que incluye el sur de Europa y el norte de África. Es una región bastante amplia y bastante heterogénea; no es lo  mismo el Mediterráneo oriental que occidental. Sin embargo, comparado con el clima de todo el mundo, sí que tiene homogeneidad esas escalas que presenta el IPCC. 

P: ¿Qué conclusiones presenta el informe para la región climática mediterránea?

R: Se puede ver que, igual que en todas las regiones del mundo, las temperaturas aumentan. Va a haber más olas de calor, va a haber más extremos relacionados con elevación de temperatura, pero el Mediterráneo tiene la particularidad de que las precipitaciones, sobre todo en escenarios de poca mitigación, descienden. Es decir, es una región en que las previsiones de futuro dan más temperatura y menos precipitación, con lo cual, hay más sequía. En cambio, en otras regiones de Europa, en el centro y norte, además del aumento de temperatura, tienen una señal clara en cuanto al aumento de lluvias extremas, que está relacionada con las inundaciones, episodios como el que sucedió este verano en el centro de Europa por ejemplo. 

P: El atlas incluye variables más allá de la temperatura y las precipitaciones, como población o posición socioeconómica. ¿En qué consisten?

R: Las variables que incluimos en el informe son variables físicas: en la atmósfera, son la precipitación, la temperatura, el viento y la nieve; en el océano, la temperatura del agua o la cubierta de hielo. También el pH, que está relacionado con la biodiversidad marina y la elevación del nivel del mar. Aparte de estas variables físicas se incluyen otras variables que contextualizan cómo son estos escenarios. El atlas interactivo te permite analizar el pasado reciente y también te permite ver qué proyectan los modelos para el futuro en distintos escenarios de emisiones; 1,5 ºC, 2 ºC, etc. Son escenarios que se alinean con los distintos niveles de calentamiento. Esos escenarios socioeconómicos están basados en hipótesis sobre el crecimiento de la población, crecimiento de emisiones, cuándo se hace el cero neto de emisiones o cuándo empiezan a decrecer. Nosotros ponemos algunas de estas variables relevantes para dar una idea en cada uno de los escenarios de qué variables socioeconómicas hay detrás.

p: ¿Cómo funciona el proceso de revisión del informe del IPCC, tanto de otros científicos como de los gobiernos?

R: El informe del IPCC es un proceso laborioso y complejo. Es una forma de que los actores que van a hacer suyo el informe estén involucrados en su desarrollo. El informe del IPCC tiene dos versiones, la primera es pública, se puede inscribir cualquier investigador que tenga experiencia en física del clima. Hay una primera revisión científica del informe y luego hay otra exclusiva para los gobiernos. En esa segunda revisión de los gobiernos, lo que se revisa en detalle es el resumen ejecutivo. El informe del IPCC son 3.000 páginas, y el resumen unas 30. Este resumen es lo que hacen suyo y es lo que guía las políticas como las de la COP26. Se basan en la última evidencia científica que se recoge en ese informe. Los gobiernos comentan, pero lo hacen desde el punto de vista científico, porque los que comentan son expertos que pertenecen a las delegaciones de los gobiernos. Los comentarios son en su mayoría constructivos, sirven para que este sumario final sea robusto del todo. El informe final se somete a aprobación por los 195 gobiernos, que se reúnen con los autores principales, con los coordinadores -como es mi caso- y leen línea a línea el resumen. Y se aprueba o no se aprueba o se comenta. Esta fase de aprobación resulta decisiva, porque los gobiernos lo aprueban y lo hacen suyo. Es decir, es un informe hecho por la ciencia, pero codesarrollado por los gobiernos y refrendado por todos los gobiernos.

P: ¿Cree que los acuerdos de la COP26 han sido suficientes?

R: La cumbre se ha cerrado con más intenciones que medidas concretas. Hay una serie de elementos que son positivos, se ha avanzado en cosas, pero no es suficiente. Hay que tener en cuenta que lo que se hace en esta COP son compromisos no vinculantes. Es un posicionamiento de los gobiernos. Obviamente, es importante porque se reúnen casi todos los gobiernos del mundo, pero luego hay que ver estos acuerdos materializados en medidas. Si alguien dice “yo quiero llegar a emisiones netas cero para 2050” tiene que ir acompañado de una serie de medidas creíbles que empiecen ya. Es un proceso largo, pero hay un dato positivo y es que los países se sienten a negociar. El problema es que no tenemos mucho más tiempo para discutir. Hacen falta medidas urgentes y rápidas. Con los compromisos que se han declarado no es suficiente. Y además son compromisos, es decir, algunos de ellos puede que no se materialicen; ese es el máximo al que aspiramos, pero seguramente no lleguemos al máximo. Así que no, esta COP26 no va a resolver el problema del cambio climático y ya no tenemos mucho más tiempo.

P: ¿Qué haría falta para resolver el problema de las emisiones?

R: Lo que hay que hacer es reducir emisiones a un ritmo de un 5% anual si queremos cumplir el Acuerdo de París, que es básicamente el parón de emisiones que hubo durante la pandemia. Pero este mismo dato tiene una dificultad, falta ambición política y liderazgo. Hay voluntad manifiesta, esto ya es un cambio. Hay voluntad de EEUU, hay voluntad de Europa, pero hace falta un liderazgo para la toma de medidas que sean lo bastante duras y no esta tan claro que eso vaya a ocurrir. Con la COP nos vamos a acercar al objetivo, no estamos como estábamos hace 10 años, se han logrado avances, pero no es todo lo que hace falta, hace falta tener armas justamente porque hemos estado muchos años haciendo muy poco.

P: Hay quien asegura que quedarnos en el grado y medio ya es imposible.

R: No, no es cierto. Vamos a llegar al grado y medio antes de 2040 porque todos los escenarios nos llevan en esa dirección, pero el calentamiento se puede parar ahí. Podemos parar ahí o en 1,6, está en nuestra mano. Hace falta lo que dice el informe, lo que dicen los científicos y está muy clara la senda. Poder se puede, pero las medidas tienen que ser muy intensas. Hace falta un compromiso de reducción a escala global intenso. 

P: ¿Cree que las medidas intensas que apunta son compatibles con el crecimiento económico?

R: El cambio climático está alineado con la sostenibilidad y nada que tiene un crecimiento perpetuo es sostenible. No hay nada que pueda crecer infinitamente; en algún momento eso es insostenible. El modelo de crecimiento continuo y si no, crisis, es algo que no sirve. Hay que repensar el modelo. Igual que el uso de combustibles fósiles no sirve, no son infinitos, en algún momento se van a acabar, entonces hay que ir repensando un modelo nuevo. Ahora viene la oportunidad, con los fondos de recuperación tras la covid-19 de invertir en energías verdes. Esta es la senda, pero los números dicen que tampoco puede ser esto con toda la intensidad que hace falta, es un tema de velocidad. Yo creo que no tiene nada que ver la concienciación ahora ni el discurso político con hace 10 años, hay un paisaje muy distinto, el problema es que llega tarde. Si ahora estuviéramos en 2010, yo sería muy optimista, pero estamos en 2021.

Ana Iglesias / Contenido realizado dentro del Programa de Ayudas CSIC – Fundación BBVA de Comunicación Científica, Convocatoria 2021

 

 

 

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