Encuentran en el Observatorio del Ebro la biblioteca de Narcís Monturiol, creador del submarino

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Los únicos libros que se conservan de la biblioteca personal de Narcís Monturiol, el inventor del Ictíneo, precursor del submarino, se encuentran en el Observatorio del Ebro (centro mixto del CSIC y la Universidad Ramon Llull), en Tarragona. Son más de medio centenar de volúmenes, localizados por la directora de la biblioteca del centro, Maria Genescà. Los volúmenes fueron utilizados por Monturiol durante la época en la que se dedicó a trabajar sobre el ‘Ictíneo’, por lo que pueden revelar a los investigadores aspectos hasta ahora desconocidos o no demostrados de su proceso de creación. Los libros han sido expuestos por primera vez al público en la exposición La Biblioteca de un inventor. Además, ya están disponibles en una página web creada por el Observatorio del Ebro.

De los libros hallados, unos 70 volúmenes pertenecieron a Narcís Monturiol y 13 a su hijo, Joan Monturiol. También hay varios ejemplares del Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua, obra póstuma de Monturiol escrita entre 1868 y 1870. Las materias de los libros hallados son varias: náutica, construcción naval, navegación, oceanografía, marina militar, física, cursos de navegación, tecnología química, ingeniería mecánica, viajes y generalidades científicas y técnicas.

Antoni Roca Rossell, profesor de Historia de la Ciencia y de la Técnica de la Universidad Politécnica de Cataluña, y experto en la figura de Monturiol destaca: “Se trata de un descubrimiento importante porque permitirá conocer mejor la figura de este inventor y su proceso de trabajo”. Los ejemplares incorporan anotaciones y marcas que ayudan a desvelar aspectos sobre el proceso de invención del precursor del submarino. Entre los hallazgos se encuentra, además, un manuscrito de cuatro páginas correspondiente a un trabajo sobre la gravedad, lo que confirma un punto hasta ahora no demostrado: “Monturiol sí investigó sobre la fuerza gravitatoria”.

Monturiol vendió sus libros

Genescà apunta algunos detalles de la vida de Monturiol: “Se sabe que tuvo que vender su biblioteca porque pasó dificultades económicas, Pero parece ser que conservó los libros más preciados”. Esta selección fue heredada por su hijo, Joan Monturiol, quien a su vez la legó a sus herederos, junto con su propia biblioteca. Fueron estos últimos quienes, a principios de los años 40, contactaron con el Observatorio del Ebro para donar varias cajas de libros, entre los que se encontraban los de Monturiol padre.

Según la bibliotecaria, a principios de los 90 la biblioteca del Observatorio del Ebro fue reorganizada, y fue entonces cuando se localizó un libro de arquitectura naval dedicado por el autor, Joan Monjo, a su “amigo Narcís Monturiol”. “Era la primera pista, y me dediqué a identificar libros similares y a observar las anotaciones o marcas que hubieran en ellos. Entre otras cosas, vi que algunos libros tenían un sello de entrada del 16 de agosto de 1944.

La confirmación de que había más libros llegó cuando Josep Oriol Cardús, un investigador del centro que se había incorporado al Observatorio en la década de los 40, contó la historia de la donación. Cardús recordaba haber ido, a principios de los 40, a casa de la familia Monturiol a recoger una donación de libros, algo relativamente habitual en aquellos años. Con la confirmación de las fechas, la responsable de la biblioteca pudo delimitar mejor la identificación y catalogación hasta reunir de nuevo la donación. Genescà cree que “aun podrían aparecer algunos ejemplares más entre los libros catalogados anteriormente al descubrimiento”.

La figura de Monturiol

El profesor Rossell explica que Monturiol fue un ingeniero práctico, capaz de movilizar recursos importantes, principalmente en el proyecto de navegación submarina, que llevóa a cabo entre 1857 y 1868. Cuando Monturiol impulsó esta investigación ya era una personalidad en la vida social en Cataluña por su labor periodística y política. Republicano y demócrata, había figurado entre los dirigentes del comunismo cabetiano en España, ideología que promulgaba una sociedad igualitaria que utilizaba extensamente la tecnología.

 “Su interés por la ciencia y la técnica se enmarca en la concepción cientifista del movimiento socialista y comunista en el siglo XIX”. No llegó a alcanzar todos sus objetivos en la navegación submarina, pero Monturiol siguió ocupando un lugar destacado en la vida política y cultural catalana y española, aclara Rosell.

Nota de prensa

 

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