Concepción Llaguno Marchena

Nació en Madrid en 1925 y fue en esta ciudad, cuando acabó la guerra, en la que cursó la carrera de Ciencias Químicas en la Universidad Central (actual Universidad Complutense). Simultaneó estos estudios trabajando en Correos (en la mecanización de los Servicios Bancarios) y dando clases particulares. Su interés por la bioquímica y las fermentaciones la llevó a realizar un curso de especialización dirigido por el Dr. José María Garrido, recién llegado de Manchester. Este plus de formación le permitió iniciarse en la investigación científica en 1953 como becaria del Patronato Juan de la Cierva; lo hizo en una sección perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que fue el origen del posterior Instituto de Fermentaciones Industriales.

Desde entonces desarrolló una fructífera labor de investigación, principalmente en el campo de la bioquímica, la fermentación alcohólica y acética, la microbiología enológica y la biotecnología alimentaria. Fue nombrada profesora de investigación en el año 1971, en una época en la que las mujeres que lo habían conseguido hasta entonces eran muy pocas.

En 1979 fue nombrada vicesecretaria general del CSIC para asuntos científicos, cargo que desempeñó hasta 1984. Durante este periodo Concha fomentó algunas importantes iniciativas dentro del CSIC, como que los miembros de los tribunales de oposiciones se eligieran por sorteo de una lista común de mujeres y varones, que se deslindaran oficialmente los investigadores y las investigadoras de todas las categorías a efectos estadísticos, que se iniciara la informatización de todas las bibliotecas del CSIC, que pudieran alojarse investigadoras en la Residencia de Estudiantes o la creación de una guardería infantil en las propias dependencias del CSIC con objeto de facilitar la vida a las investigadoras jóvenes.

Además, Concha fue secretaria del Colegio Oficial de Químicos, en el que promovió la creación de la Sección Técnica de Enología de la Asociación Nacional de Químicos. En 1984 fue nombrada coordinadora del Área de Tecnología de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica (CAICYT), un ente vinculado al Ministerio de Educación y Ciencia, cargo que desempeñó hasta 1987. Colaboró en la redacción del primer Plan Nacional de I+D y actuó de gestora del Programa Nacional de Tecnología de Alimentos, en la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (CICYT), comisión dedicada a la investigación científica realizada en todos los ministerios, labor que desempeñó hasta 1990. En abril de ese año fue nombrada directora del Instituto del Frío (CSIC), cargo que ostentó hasta su jubilación, en el año 1994.

Aportaciones Científico-Tecnológicas:

Concha realizó aportaciones muy relevantes en el campo de la biotecnología enológica, y especialmente en aspectos relativos a la fermentación alcohólica y al metabolismo de las “levaduras de flor” que dan origen a los vinos de Jerez y de Montilla-Moriles. Formó parte del equipo que, en 1961, fue galardonado con el Premio Juan de la Cierva por sus aportaciones sobre estas levaduras. Profundizó en la aplicación de la tecnología de las fermentaciones al vino, a las bebidas alcohólicas y al vinagre vínico, estableciendo pautas que influyeron notablemente en la calidad de los productos obtenidos y en la erradicación del fraude; y aportó nuevos sistemas de aireación eficaces para acelerar la crianza de los vinos finos y la acetificación del vino. Introdujo junto con su grupo nuevos métodos de análisis, tales como la cromatografía de gases, para estudiar el aroma de los vinos, la espectroscopia de absorción atómica y la determinación del C14 en el vinagre. Fue editora del libro Enología: Temas actuales (Asociación Nacional de Químicos, 1982) y de la Guida di Vini d’Espagna (Mondadori, 1982) y coautora con Carmen Polo de El vinagre de vino (CSIC, 1991) que mereció el Premio de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) en 1993.

Reconocimientos nacionales e internacionales:

Concha ha sido galardonada con un gran número de distinciones y premios, tanto nacionales como internacionales. Entre sus reconocimientos internacionales destacan el Diploma de Socia de la Academia Italiana della Vite e del Vino de Siena (Italia) en 1979 y el título de Académica de la Academia Italiana de la Vite e del Vino. También fue reconocida con el DLG Deukmünze de la Deutsche Landwirtschafts Gesellschaft (Sociedad Alemana de Economía Agraria), (Frankfurt, 1981), y con la Medalla de la Orden de los Vinos Nobles del Jura y del Gruyere de Comte. A nivel nacional, Concha fue Socia de Honor de la Asociación de Investigación de la Industria Vinagrera y Colegiada Distinguida del Colegio Oficial de Químicos. Además, fue premiada con la Insignia de Oro y Brillantes de la Asociación Nacional de Químicos de España. También fue Asociada ad Honorem de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas. En 1991 le fue concedido el Premio a la Investigación en Ciencias de la Alimentación, por la CEOE, en consideración a la labor desarrollada en el Instituto de Fermentaciones Industriales (CSIC), así como por su contribución a la promoción y gestión de la investigación en Ciencia y Tecnología de Alimentos. En el mismo año de su jubilación, 1994, recibió el Premio Mujer Progresista del Instituto de la Mujer.

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Mujeres Ilustres