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El CSIC y el Joint Research Centre reflexionan sobre la contribución del conocimiento científico a las políticas públicas

Buscan reforzar la colaboración y trabajar sobre el papel de la ciencia en el marco de la Presidencia española del Consejo Europeo en la segunda mitad del año 2023

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El CSIC y el Joint Research Centre (JRC) aúnan esfuerzos para reflexionar sobre la contribución del conocimiento científico al desarrollo de políticas públicas innovadoras. El organismo ha acogido hoy un encuentro entre el director general del JRC, Stephen Quest, y la presidencia del CSIC, Eloísa del Pino, para reflexionar entre ambas organizaciones sobre la contribución de la ciencia en el diseño de políticas públicas.

El JRC es el servicio científico de la Comisión Europea que proporciona conocimiento independiente para el apoyo en el desarrollo de políticas de la Unión Europea que sean innovadoras y responsables y que respondan a los desafíos de la sociedad.

El CSIC, principal socio en España del JRC, busca con este encuentro reforzar la colaboración en áreas de interés común y trabajar conjuntamente en el papel de la ciencia en el diseño de políticas públicas en el marco de la Presidencia española del Consejo Europeo en la segunda mitad de este año. El JRC visita Madrid con el objetivo de fortalecer relaciones estratégicas y colaboraciones de investigación con socios clave en la comunidad política y científica.

El evento ha comenzado con las palabras de la presidenta del CSIC y el director general del JRC, que han subrayado la labor fundamental de ambas organizaciones científicas en el diseño de políticas públicas, así como el rol clave de los científicos en esta tarea.

“El CSIC produce conocimiento científico multidisciplinar preparado para actuar en la consecución de políticas públicas”, ha expuesto Eloísa del Pino, que ha centrado su intervención en destacar el papel de la institución como actor político. “Conocemos los problemas, trabajamos en ellos y estamos preparados y dispuestos a colaborar en primera fila en la ciencia europea”, ha añadido.

Por su parte, Stephen Quest ha puesto el acento en la necesidad de la política de apoyarse en el conocimiento generado por la ciencia en una sociedad cada vez peor informada. “En un contexto de desinformación tenemos el deber de actuar. El conocimiento científico es un pilar fundamental para una sociedad crítica y con ideas independientes. En definitiva, necesitamos a la ciencia para hacer una política justa”, ha declarado.


Eloísa del Pino y Stephen Quest con los asistentes al encuentro./Vinca Page (CSIC).

 

Tras una jornada de reflexión en torno a diversos retos sociales, Francisco Javier Moreno Fuentes, vicepresidente de Relaciones Internacionales del CSIC, ha destacado que "tanto el JRC como el CSIC han puesto en el centro de sus consideraciones estratégicas la necesidad de influir en el modo en que nuestras sociedades responden a los grandes retos que tienen planteados. Poner en común el modo en que ambas instituciones abordan la forma en que el conocimiento científico que generan puede influir en el diseño de políticas públicas, debería permitirnos poner en marcha iniciativas conjuntas en las que los equipos de investigación de las dos organizaciones aúnen esfuerzos e imaginen respuestas comunes a retos compartidos. Este encuentro nos permitirá, sin duda, avanzar en esa dirección".

Hacia una sociedad innovadora, sostenible y justa

Durante la jornada se han presentado dos mesas temáticas que han comenzado con la intervención de investigadores del CSIC y el JRC en una sesión sobre la necesidad de impulsar políticas concretas para frenar los efectos del cambio climático y construir un mundo más sostenible y, en definitiva, más justo a partir de la innovación. Tanto Xavier Querol (IDAEA-CSIC) como Antonio Soria (JRC) han puesto el cambio climático como paradigma de un problema que tendría unas dimensiones distintas si la ciencia y la política hubieran decidido colaborar antes.

“El cambio climático es un lobo que acecha en nuestra puerta y está aquí porque hace sesenta años no se hizo caso a las advertencias de los científicos”, ha aseverado Soria. “Se dijo que cambiar el sistema traería costes inasumibles, pero lo cierto es que no hacer nada nos ha traído pérdidas humanas millonarias. Busquemos el bienestar de todos y habremos pagado la factura”.

En la misma línea se ha manifestado Querol, experto en calidad del aire, que ha indicado que el Banco Mundial ya advirtió en 2016 sobre la pérdida humana, pero también económica de las millones de muertes anuales que se cobra una atmósfera contaminada por una industria todavía dependiente de la quema de combustibles fósiles. “Podemos estar seguros de que el último gramo de dióxido de carbono emitido en el mundo saldrá de la industria”, ha afirmado.

Tras remarcar la necesidad de buscar una industria más limpia, María Victoria Martínez (ICP-CSIC) ha hablado sobre cómo desde su grupo de investigación y, en particular, desde la Plataforma Temática Interdisciplinar (PTI) Transener trabajan para conseguir introducir el hidrógeno como una fuente de energía limpia. “Desde el CSIC, por ejemplo, hemos creado la primera hidrogenera de España, pero nos queda un camino por recorrer antes de ‘hidrogenar’ la industria y el transporte pesado, que son los sectores más contaminantes”, ha afirmado la investigadora. “Nos encontramos en un momento en el que estamos probando las posibilidades de almacenamiento y de transporte que sean seguras y no supongan un coste económico inviable”, ha remarcado. Actualmente, por ejemplo, desde la plataforma Transener desarrollan una electrolizadora para producir hidrógeno limpio y barato in situ.

Ha terminado la mesa con Jesús San-Miguel (JRC) y Paola Ovando (IPP-CSIC), que han hablado sobre el grave problema de los incendios forestales cada vez más regulares y virulentos y que azotan crecientemente a zonas del norte, pero que castiga especialmente a la región mediterránea. Los investigadores han resaltado la necesidad de colaborar desde la ciencia con las instituciones políticas en la respuesta a esta amenaza, pero sobre todo en los pasos previos y posteriores. “Hay que prever, pero sobre todo hay que evaluar para que las previsiones sean cada vez más certeras”, han convenido ambos investigadores.

En la misma línea se ha manifestado el moderador de la segunda mesa temática del encuentro, Paolo Canfora (JRC), que ha comenzado su intervención explicando la importancia que la Comisión Europea otorga al desarrollo de la inteligencia artificial (IA) que, según palabras de Canfora, es clave en el papel de la colaboración entre ciencia y política para prever, analizar, implementar y evaluar la aplicación de políticas. La IA puede ser clave, sin ir más lejos, en la gestión sobre los incendios forestales, pero también en la ordenación del territorio, el análisis económico o la identificación de necesidades concretas de población vulnerable. “La IA tiene en el centro a los humanos y, por eso, necesitamos perder el miedo que le tenemos porque puede ser una gran solución para la aplicación de políticas públicas”, ha apuntado Lissette Lemus del Cueto (IIIA-CSIC),

En la misma mesa y en relación con esta sociedad digital de la que han hablado Canfora y Lemus, Fernando Mérida (JRC) y Ada Ferrer-i-Carbonell (IAE-CSIC) han destacado el papel de la IA en particular y de la tecnología digital en general para no dejar atrás a las zonas rurales en el desarrollo que la UE quiere para sus ciudadanos. “Desde la Comisión entendemos que es más fácil trabajar con zonas centrales urbanas, pero tenemos la obligación, por justicia social, de poner todos nuestros esfuerzos en aprovechar las particularidades y capacidades de todas y cada una de las zonas rurales europeas y España es un laboratorio perfecto para el desarrollo de un plan de recuperación del campo”, ha explicado Mérida. “Si la España vaciada puede ver cine gracias a plataformas de streaming, por qué no usar la digitalización para llevarles otros servicios y proponerles un desarrollo diferente”, ha apuntado Ferrer-i-Carbonell.

Margarita Paneque, delegada del CSIC en Andalucía, ha concluido las mesas temáticas resaltando precisamente el éxito que ha supuesto para la región la aplicación del RIS3, una estrategia de especialización inteligente para la transformación de la región creando un modelo productivo más competitivo e innovador. “Esto hubiera sido imposible hace diez años, la ciencia es el pilar que la política necesitaba”, ha concluido Paneque.

 

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